martes, 17 de enero de 2012

simplemente E.V.A.

1
Son las dos treinta seis de la madrugada y otra vez el relra un periodo incontinuo en la vida de Eva
Sentada en parada de camión, en un lugar totalmente desconocido, que otra razón se podría tener que sus múltiples desvíos.
Trastorno disociativo de la personalidad, alguna información ha leído ya Eva, entre todas sus crisis y angustias ha podido encontrar un diagnóstico para su problemática, sin embargo al parecer aun no encuentra solución cercana, y empieza a desesperarse cada vez que como si hubiera estado dormida , sonámbula, despierta cerca de una situación descojonada, sin saber lo que ha hecho, donde y con quien ha entablado comunicación.
Esta es la vida de Eva y ella lo sabe bien aunque quiere que deje de serlo.
-Eva, que te pasa- se le acercó un hombre bastante alterado y con olor a alcohol y cigarros
- ¿Qué me pasa de qué?, ¡no te entiendo explícame!- la misma palabra de siempre como odiaba esa palabra, explícamelo, siempre tenía que pedir explicación y la gente se exasperaba, no entendían, nunca lograba entender, pero al fin de cuentas ni si quiera ella lo hacía. Siempre apareciendo y desapareciendo.
-¿Qué te tengo que explicar? Si tú eres la que tiene mucho por explicarme, todo estaba también, mis padres te adoraban, pero ¿por qué lo hiciste,? no entiendo-
-Perdón, no quería causara problemas-
-¿Problemas?, no son problemas son ¡estupideces!, en que universo haces lo que hiciste y a mi madre ¿dime en dónde?- su tono enojado y mas que nada desesperado a aterraba, y ella no necesitaba estar aterrada, por algun extraño motivo sentirse de tal manera la hacía tener esos ataques abruptos y irrecordables, un montón de acciones incontrolables e inmemorables que se hacían y eran sus tribulaciones.
- No sé qué hice, ¿que hice?-
-¡que no hicisteis!, ¿alguna vez te mostraras conmigo?, ¿Por qué me haces esto?, ¡no lo soporto!, no sé cómo puedes decir que no lo recuerdas- su cara reflejaba ahora tanta angustia y dolor, él la amaba mucho pero ella siempre se mantenía distante, y jamás le contaba los porqué de sus acciones, lo que el no sabía es que ni ella lo sabía. Ella no quería perderle pero sabía que lo estaba perdiendo día tras día que no le compartía su amor y sus problemas.
-No lo hago, no recuerdo, es que…-
-¿Es qué?, no lo soporto, es… aj-
¿Sabes que te amo?-
-no parece, nunca quieres darme una solución, esto me está hartando-
-¿Tener que rogarme para poder entender?, ¿eres libre?, te lo informo te puedes ir cuando quieras-
-Así no son las cosas, yo te quiero y quiero apoyarte en lo que pueda, pero no necesito que me lo digas Eva, por favor, solo eso te pido que no me dejes en pura ascuas-
-NO, no puedo, perdóname-
Salió corriendo, si alas tres de la madrugada ella volvió a salir corriendo, el se quedó quieto, él sabía que ella regresaría, o al menos él sabía que ella sí pero él estaba cansado de perseguirla a ningún lado.
Se tiro en la banqueta cuando el aire comenzó a faltarte, su corazón agitado le reclamaba al igual que sus sentimientos, ¿que la hacía huir, que tenia de peligroso él? Siempre lo perdía en sus silencios, y el sin ninguna palabra no podía alimentar esperanzas vanas, la realidad es que él no podía más.
-porque no puedo con esto, por dios que estoy haciendo- se levantó del piso y retomo camino hacia la parada del camión, seguramente ella esperaba que él estuviera ahí como siempre, sin embargo su llegada a la parada de camión fue desértica, él ya se había ido, esta vez él no había esperado a su retorno habitual. Pudo notar el nudo en su garganta y como sus viseras le causaban nauseas.
Tomo un taxi a casa quizás el sí estaría ahí, las circunstancias lo proclamaban, tenía que hablar o el no volvería a esperarla.
2
La casa al igual que la parada estaba vacía, al parecer realmente la situación amerita un disgusto amplio. La pregunta de que era tan fuerte esta vez, ¿Qué había pasado?
Se deslizo hasta la tina de baño, el agua ardía y aún más en la piel pero solo quería relajarse un poco y el calor del agua era muy estimulante para pensar y al menos relajar los músculos.
Las horas pasaban y el agua con el clima enfriaba mientras la mirada de Eva se mantenía en un punto fijo, una mirada llena de preocupación y dolor, que imploraba ayuda. Como le contaría a el que realmente su mente no trabajaba bien, ¿Qué pensaría él?, dudas complejas y otras totalmente absurdas cruzaban por su mente atenuando el hecho de que su cuerpo empezaba a tener hipotermia.
La cerradura por fin se abrió, odiaba que su llave se atorara pero aun así no la cambiaba. La corbata le colgaba desalineada del cuello y su humor de igual modo. Se acercó hasta el comedor donde se encontraba la chaqueta y bolso de Eva, ella estaba en casa y debían hablar, en casa Eva no podía negarse a hablar, era necesario. Camino hasta el cuarto donde la ropa tirada en la alfombra lo hizo tropezar, en la cama un cambio, Eva estaba tomando un baño, entro en el baño, y Eva estaba dentro de la tina temblando, inmediatamente se acercó a sacarla pero ella estaba como paralizada no atendía a su presencia así que la cargo hasta la cama.
Sus ojos estaban brillosos y desorbitados. Corrió de nuevo al baño para coger la bata pero antes de regresar a la cama noto un pomo de pastillas vacía, era una medicina para dormir recién comprada.
Se precipito hasta encontrar su celular en el comedor y llamo a emergencias. Mientras esperaba la ambulancia su ánimo iba decayendo cada vez más al ver que Eva no respondía a ningún estímulo sin embargo respiraba. La desesperación le colmaba y su angustia hizo darle una cacheta, Eva inmediatamente respondió al estímulo con un grito.
-Eva, Eva respóndeme, anda mujer, anda vamos respóndeme-
-¿Qué quieres? ¿Por qué me golpeaste?-
-Eva gracias a dios estas bien, ya viene la ambulancia, estarás bien, aquí estaré tranquila-
Eva se encontraba extrañada – estoy tranquila, por qué habría de necesitar una ambulancia solo tengo un poco de frio- sus dedos amoratados dolían pero no le diría que tenía más que un poco de frio, estaba demasiado alterado.
-¡en que estabas pensando! ¡Acaso no te importa lo que pueda pasar! ¡Estás loca!- esta última palabra retumbo dentro de la cabeza de Eva.
- ¡loca no!..- , - entonces por qué lo hiciste- , -sigues con lo mismo, ¿qué hice?-, - ¡qué hiciste! Se te hace poco tomarte tantas pastillas-, - ¿pastillas?-, -si pastillas para dormir, ¡las que te tomaste!- , -no lo recuerdo, de verdad no lo recuerdo, además exageras estoy bien - , -estar bien es arrastrar la lengua y no moverse- , - puedo moverme, observa- pero no podía su cuerpo no le respondía, - que observo como te haces daño, perdóname quizás exagere con lo de mis padres pero tú, ah tú si te has pasado, por que hacer tal barbaridad-
Su mirada no era nítida y sentía sofocarce, el medicamento estaba haciendo efecto

ahi yo teamo

-Ahí yo te amo-
Decir lo que callamos en la mirada
Desenvolver nuestro amor
Nada impide brotar con el amor

Y si hay cosas extrañas a nosotros
Ajenas a nuestro sentimiento y cariño
Pero jamás depuran el amor

Si tú callas, yo callo
Y en el silenció nos amamos
A lo discreto ,a lo inocente
Yo te amo, ahí te amo

Desenvolviendo arrullos
Creando lindos frutos
Aromas de dulzura
Y un poco de epistémica
Yo te amo, ahí te amo

Y si rompemos el viento
Otra vez
Y si corremos contra el tiempo
Otra vez
Yo te amo, ahí te amo

Flores de alquitrán
Cerezas en el pastel
Como sea, yo te amo
Ahí te amo

Te amo sin dudarlo
Solo recordar lo hermoso
Yo te amo, ahí donde sea te amo, eso es te amo.-