martes, 12 de octubre de 2010

¡duelo sin fin!

hay veces que quisiera que tu recuerdo solo fuera imaginacion
pero no sucedio y aunque te tuve, te perdi
no es perder lo que me duele sino que jamas regresaras ,es imposible
no culpo a dios, no culpo al diablo
¿culpar acaso te regresara?
...

es un duelo que no acaba
es una negacion que no puede pasar mas alla

una irritante y consante presencia de tu perdida
pero jamas he podido aceptar
quisiera que no fuera problema
pero morir y estar vivo al mismo tiempo, es no vivir
autor lula




¿Qué es el duelo?

El duelo es la reacción normal después de la muerte de un ser querido.
Supone un proceso más o menos largo y doloroso de daptación a la nueva situación.
Elaborar el duelo significa ponerse en contacto con el vacío que ha dejado la pérdida, valorar su importancia y soportar el sufrimiento y la frustración que comporta.
La intensidad y duración del duelo depende de muchos factores: tipo de muerte (esperada o repentina, apacible o violenta..), de la intensidad de la unión con el fallecido, de las características de la relación con la persona perdida (dependencia, conflictos, ambivalencia...), de la edad...
La duración del duelo por la muerte de una persona muy querida puede durar entre 1 y 3 años.
Duelo resuelto. Podemos decir que hemos completado un duelo cuando somos capaces de recordar al fallecido sin sentir dolor, cuando hemos aprendido a vivir sin él o ella, cuando hemos dejado de vivir en el pasado y podemos invertir de nuevo toda nuestra energía en la vida y en los vivos.

No existe un tiempo fijo para vivir el duelo. Cada cual necesitará su tiempo. Y sólo nosotros podemos marcar el tiempo que necesita nuestro ser para poder considerarse recuperado. Todo ello a pesar, de que muchas veces nuestros familiares y amigos, nos apremian, quisieran vernos en la normalidad ¡ya!, tal vez porque así ellos tampoco sufrirán tanto... Pero sólo cada uno de nosotros sabe lo que necesita.

Integrar el duelo es todo un proceso que tiene como intención reconocer el dolor que nos produce la pérdida.
Aceptar que nos duele, aceptar las ausencias, aceptar que ha muerto, manifestar el dolor e iniciar el camino de regreso a la realidad y a nuestro propio orden de las cosas. Reacomodar todos aquellos asuntos que quedaron dispersos, resolver pendientes, retomar arraigo, llenando nuevamente los espacios. Recordando lo vivido con esa persona, recordarlo dentro de nuestra existencia tal como fue mientras vivía, aceptando que ha muerto. Nos queda el tenerlo presente, en nuestro corazón, no lo que fue, sino lo que nos hizo.


Etapas descritas por la Dra. E. Ross 1) Negación y aislamiento: la negación nos permite amortiguar el dolor ante una noticia inesperada e impresionante; permite
recobrarse. Es una defensa provisoria y pronto será sustituida por una aceptación parcial: "no podemos mirar al sol todo el
tiempo".





2) Ira: la negación es sustituida por la rabia, la envidia y el resentimiento; surgen todos los por qué. Es una fase
difícil de afrontar para los padres y todos los que los rodean; esto se debe a que la ira se desplaza en todas direcciones, aún injustamente. Suelen quejarse por todo; todo les viene mal y es criticable. Luego pueden responder con dolor y lágrimas, culpa o vergüenza. La familia y quienes los rodean no deben tomar esta ira como algo personal para no reaccionar en consecuencia con más ira, lo que fomentará la conducta hostil del doliente.





3) Pacto o negociación: ante la dificultad de afrontar la difícil realidad, mas el enojo con la gente y con Dios, surge la fase de intentar llegar a un acuerdo para intentar superar la traumática vivencia.



4) Depresión: cuando no se puede seguir negando la persona se debilita, adelgaza, aparecen otros síntomas y se verá invadida por una profunda tristeza. Es un estado, en general, temporario y preparatorio para la aceptación de la realidad en el que es contraproducente intentar animar al doliente y sugerirle mirar las cosas por el lado positivo: esto es, a menudo, una expresión de las propias necesidades, que son ajenas al doliente. Esto significaría que no debería pensar en su duelo y sería absurdo decirle que no esté triste. Si se le permite expresar su dolor, le será más fácil la aceptación final y estará agradecido de que se lo acepte sin decirle constantemente que no esté triste. Es una etapa en la que se necesita mucha comunicación verbal, se tiene mucho para compartir. Tal vez se transmite más acariciando la mano o simplemente permaneciendo en silencio a su lado. Son momentos en los que la excesiva intervención de los que lo rodean para animarlo, le dificultarán su proceso de duelo. Una de las cosas que causan mayor turbación en los padres es la discrepancia entre sus deseos y disposición y lo que esperan de ellos quienes los rodean.




5) Aceptación: quien ha pasado por las etapas anteriores en las que pudo expresar sus sentimientos -su envidia por los que no sufren este dolor, la ira, la bronca por la pérdida del hijo y la depresión- contemplará el próximo devenir con más tranquilidad. No hay que confundirse y creer que la aceptación es una etapa feliz: en un principio está casi desprovista de sentimientos. Comienza a sentirse una cierta paz, se puede estar bien solo o acompañado, no se tiene tanta necesidad de hablar del propio dolor... la vida se va imponiendo.
Esperanza: es la que sostiene y da fortaleza al pensar que se puede estar mejor y se puede promover el deseo de que todo este dolor tenga algún sentido; permite poder sentir que la vida aún espera algo importante y trascendente de cada uno. Buscar y encontrar una misión que cumplir es un gran estímulo que alimenta la esperanza.



lunes, 11 de octubre de 2010

Miguel Bose - Estuve a punto de...

donde quedo mi cordura

bueno, realmente en esta ocasion les contare un pedazo de mi vida
es muy importante para mi
y aunque nunca en mi vida e presentado mis trabajos y menos por medio de un blog
me han insitado a hacerlo y asi compartir experiencias.


hace tres años nadie hubiera reconocido mi personalidad
se que en la adolescencia se sufren muchos cambios pero no sabria decirles,
si en mi han sido buenos.

lo primordial que me ha pasado es pensar, si suena tonto,
pero realmente hoy mas bien corrijiendo, soy conciente y la no sabria decir  si me gusta o no,
¡por qué no hay motivo alguno que demuestre que hay cordura en el mundo! al menos congruencia no hay

en fin hoy no `podran hacerme callar tan facil como antes
pero no crean que esto es perder cordura
sino que mas bien para algunos no les conviene

en fin esto me aburre y no es momento aun para eexplicar por que he perdido la cordura

les dejo el inicio de mi novela
adios

proyecto geska

Será una dedicatoria corta simplemente a la libertad.


Prologo

Hay cosas que llaman la atención de todos más no todos conocemos de estas, cosas que cambian vida y que nos pueden hacer madurar día tras día un poco pero al menos algo.
Jamás me han gustado los prólogos así que esto es todo espero ser lo suficientemente clara para que entiendan mi historia o al menos la historia que todas las noches puede torturarme o acariciarme a ala hora de dormir, en el mundo mental.

Cuando tú afirmas en grande,
Crees en grande y rezas en
Grandes, grandes cosas
Suceden
Norman Vincent Peale







Capitulo 1

El juicio

Abrí los ojos para que una luz me cegara, el ambiente me fue desconocido y lo último que recordaba era una lucha de resistencia. Parpadeé varias veces y poco a poco fueron regresando recuerdos, tenía las manos llenas de sangre y no dejaban de temblar.
Estaba en la corte marcial, donde tantas veces había asistido siendo yo la que castigaba.
Ahora las ironías de la vida me atrapaban en una traición, cobardemente habían jugado conmigo.
-¡Alicia! ¿Que haces? Despierta, defiéndete- oí mas seguí mirando mis manos, consternada y los sentimientos que pensé haber perdido volvían oprimiendo mi pecho y provocando aquel ardor frío que algunas veces atrás ya había sufrido.
Levante la vista para ver los trece integrantes del juzgado, los conocía ya pero sus miradas eran diferentes. Evite muchas de ellas no quería recordar que era el remordimiento, pero querer no fue suficiente mis ojos quedaron paralizados ante los de ella, si esa mirada que se encontraba más perturbada que como comúnmente lograba hacerlo, solo fijos en mi sin hacer otro movimiento mas que mirarme mientras todos los demás discutían a su alrededor sobre el veredicto, desvié la mirada al ver una lagrima y por desgracia me encontré con otra más esa hermosa mirada torna sol que casi siempre tenia un color verdoso pero el no quiso mirarme mucho tiempo.
-Alicia, perdóname, perdóname…..- mi cólera salio disparada con el sonido vocal de Seúl
-¡que dices, cállate!- volteé y le grite con los ojos llorosos pero sin poder  llorar, maldito traidor, me sentí impotente, porque no era solo yo la culpable, solo un genio ingenuo, inocente, ignorante de lo superficial y eso si era mi culpa.
-perdón, soy un tonto no fue mi inten…- medio grito  y cayo de bruces en una crisis emocional.
Se encontraba muy poca gente de observante realmente eran unos cuantos conocidos y si mal no recuerdo por lo menos la mitad estaban para apoyar a mi madre , al ver todas las caras detrás de mi regrese mi mirada y Lía empezó a sollozar aun más.
-¿Por qué? No entiendo cual es el motivo de esto- me grito iracunda y los hermosos ojos de David ahora mas azules cautivaron mi atención por completo mientras el la abrazaba, si no hubiera sido por los dos fuertes hombres que me sujetaron podría haber durado horas viéndolos.
Conocía bien el procedimiento, sabia que era la hora y mientras mis rodillas empezaban a temblar por un probable veredicto a muerte suplique o al menos intente suplicar
-lo siento, fue un error, uno que ni siquiera disfrute- pero todos sabían que era mentira, lo había disfrutado y demasiado. El frío empezaba a recorrer mi espina dorsal dejándome de un color pálido que alarmo a todos no sabia por que pero lo hizo.
-silencio, ya se acabo tu momento de hablar y si no te alcanzo lo sentimos- dijeron al unísono 11 de los jueces que se miraron unos a otros al tener esta extraña coincidencia de palabras.
Mientras comunicaban el veredicto a Lía, mi querida madre al menos un poco, el sudor frío les impedía a los guardias sostenerme bien.
Por fin Lía me miro seria, y se puso de pie algo no usual pero al fin de cuentas ni el juicio y ni yo eran cualquiera cosa, no para los demás pero para mi si yo era cualquiera, un eslabón roto de una cadena de oro puro.
Entre todas mis pensamientos burdos y de poca verdad el sonido de las esposas sosteniendo mis manos y mi cuello por los guardias para que el veredicto se diera completamente bien.
- Bien, tenemos veredicto, todo aquel que deseé saber cual es dentro de 5 horas el tiempo reglamentario se dará a conocer para el publico. Dadas las circunstancias primero se sentenciara a la acusada pues así evitaremos cambios de ultimo momento - sollozo al final y según el procedimiento se retiro de la sala pero solo con once de los doce jueces que debían ir con ella. 
Estaba ahí parado como un árbol que recibió un rayo, apunto de caer, con mirada triste suspiro, un suspiro helo mi ser para volver a defraudarme